que necesito Por alguien
a quien amo El año próximo
recordaré qué era
Esta ira irreal
y sin embargo
hay que soportarla
Que el sol se ponga
sobre esta ira
Continúo
sumergiéndome en ella
La montaña late
En el bidón de aceite cae
una bola de fuego.
El tiempo es pacífico no rompe cosas
ni siquiera hiere Las cosas peligran
por la gente Las frágiles lámparas de arcilla
de Mesopotamia
filas y más filas bajo cristal
en la sección de etnología
pequeños orificios para aceite
seco Los refugiados
con sus idénticas
historias de huida No
colecciono lo que no puedo usar Necesito
lo que se puede romper.
En la cama los añicos se reúnen
y las desavenencias se encubren por el contrario
mi cuerpo es una lista de heridas
colocadas simétricamente
un pueblo
reventado por los aviones
que no acabaron el trabajo
El enemigo se ha replegado
entre incursiones se ha hecho invisible
no hay
mecanismos
de alivio
la oscuridad se vuelve absoluta
El sueño resquebrajado y desconchándose
se cierne sobre el tembloroso objetivo
Lo que se rompe es la noche
no el día La blanca
cicatriz rasgándose
por el Este
La grieta supurante
Es hora de que los añicos
retornen
sin decir palabra
unos junto a otros.
1968
ADRIENNE RICH, Poemas (1963-2000), Renacimiento, Sevilla, 2002, traducción de María Soledad Sánchez Gómez, págs. 55-57.
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