"Cuando llegues a París, ve a ver a Simone de Beauvoir", me insistió una vez un pseudointelectual. La gente afirmaba que era, cosa sorprendente en una buena escritora, moralista, sin sentido del humor y tiránica. Me gustó ser el único que se dio cuenta de que no era una buena escritora.
NELSON ALGREN, recogido por Hazel Rowley en Sartre y Beauvoir, Lumen, Barcelona, 2006, traducción de Montse Roca, pág. 445.